La escalera
Escalones atrapados entre nostalgias
una lleva a la otra
como el despertar del sueño
enfrentado al tiempo.
Último escalón
equilibrio interior
o caída.
Y viceversa
Marilú
Los ojos de la muñeca Marilú, en aquel cumpleaños, no vieron la luz mucho tiempo. Sus resortes nuevos no sobrevivieron a la curiosidad de José, por saber que había dentro de ellos los dejó vacíos, como los sueños de su hermana, cuya ilusión más grande y la de la mayoría de las nenas en ese momento, era tener una muñeca con ojos movibles. Los años pasaron y por casualidad una foto sepia cambió de color en la mirada de una adolescente romántica. En cambio José ni siquiera se detuvo ante ella, no le decía nada. Tampoco su hermana hizo comentario alguno, él se hubiese reído y sin saberlo por segunda vez.
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