sábado, mayo 13, 2006

Integrante: María Elsa Arias, Texto : La cuchara, Curso: Martes 14.30 a 16.30 hs


La muchacha insistía una vez más.
- Comé de una vez, tragá, vamos. Será posible. Todos los días la misma historia.
¡Uy, no! ¿y ahora qué? Ufa, se volvió atrás. Ojalá que no me muerda. Y sí, no es que yo sea mal pensada pero sé muy bien con los bueyes que aro.
Son muchos años de estar en esta casa, son tantos que ya me olvidé cuántos.
Recuerdo al niño Oscar, el que hoy es abuelo de este malcriado; todo el tiempo me mordía, aún conservo sus marcas. Y sus padres nunca le decían nada.
¿Y ahora qué pasa? ah, es la madre del energúmeno, también, con los gritos que dio.

- Clara ¿qué sucede? No insista si el niño no quiere, no quiere y menos con ésa que está muy gastada, se puede lastimar. Tírela ya, no es más que una cuchara de alpaca.

Integrante: Flora Levi, Texto: Miedo, Curso: Martes 14.30 a 16.30 hs


En medio del tumulto enloquezco
me atropello
desorden
miedo
¿dónde estoy?

Me indigna su presencia
desentona
se pierde ignorante
de destino
¿qué busca?

no encuentra
no encuentro
la salida
¿qué salida?

Estoy presa
atrapada
No, Señora, está libre
pero ciega.

Integrante: Flora Levi, Texto: Primera versión "El hombrecito y el Laberinto", Curso: Martes 14.30 a 16.30 hs



Personaje:

Intento
lucho
veo y desespero
reniego del poder
y pierdo forma
me entrego
c
a
i
g
o

Laberinto:

Amor te canto
amor te envuelvo
amor te abraso

Diálogo:

Asfixia
lucho por vos
yo te cano
Veo y me desespero
yo te envuelvo
resisto y caigo
yo te abraso
no soporto y muero.

viernes, mayo 12, 2006

Integrante: Marta Viñas, Texto: La cuchara, Curso: Jueves de 17 a 19 hs.


Ella no corta
ni pincha
no tiene dientes
ni filo
es suave
sedosa
de plata de oro de metal
sus finas formas saben a dulces
y a sopa
de mamá.

Marta Viñas

Integrante: Marta Viñas, Texto: El laberinto, Curso: Jueves de 17 a 19 hs


¡ Ay Dios mío! Parece que me perdí ¿dónde estoy? Qué setos tan altos y tan verdes, cuántos pasillos. No sé como llegué aquí, pero si entré, seguro que por algún lado podré salir, encima tengo hambre y no tengo ni una golosina, a ver si encuentro un bebedero porque también tengo sed,¡Ufa que fastidio!
A lo mejor no estoy solo, gritaré fuerte, alguien me va a escuchar - HAY ALGUIEN AQUIIIIIII - PUEDEN AYUDARMEEEEEE .
Mm., me parece que estoy solo... tengo que pensar, no asustarme ,voy a salir... voy a salir.

¡Pobrecito! Cree que me va a poder, no sabe lo intrincado que soy, algunos hasta dicen que soy cruel, en realidad no se dan cuenta pero esto es como la vida, ir, venir, subir, bajar .El solo tendrá que recordar y no es poco, a veces no podemos o no queremos recordar, creemos que el camino es como una línea recta, que no tiene vueltas.
Alcanzar los objetivos muchas veces no es fácil, pero se puede, ¿el cómo? veremos la garra que tiene para lograrlo.


-Mirá que sos rebuscado, cuántos recodos, estuve horas recorriéndote, tuve que desandarte veinte veces, pero ¡já! ahora te estoy mirando de frente y puedo decir ¡Te gané - te gané ! Estoy afuera.-

-Me alegro... te vi muy desorientado, sólo cuando detuviste esa carrera loca, cuanto te serenaste y levantaste la vista, me di cuenta que podrías lograrlo- Tengo que felicitarte y pedirte un favor, no vayas por ahí vanagloriándote.. No le cuentes a nadie que mes has vencido.

Marta Viñas

Integrante: María del Carmen Cerezal, Texto: El hombrecito y el laberinto, Curso: Jueves de 15 a 17 hs


1.- El hombrecito

Yo soy el que está aquí
en el centro mismo,
ombligo del mundo:
aquí finjo estar vivo
aquí a su abrigo
hay un afuera que sospecho
hay una puerta que imagino
y un latido que me ahoga
y un quizás definitivo.


2.- El laberinto

Yo soy el laberinto
la niebla que se expande
la incertidumbre que acomete
el juego de espejos más bruñidos
que juega con salidas y desvíos
eso soy yo,
por siempre y para siempre,
el laberinto.

3.- El diálogo

¿Por qué no te abres paso?
demanda el laberinto
y el hombrecito duda;
¿me engañarás de nuevo?
gimotea perdido;
¿no encuentras el coraje?
burlón el eco emite
¿quién dijo que mis muros
fueran definitivos?
El caso es que mi miedo
es en sí un abismo
responde, el hombre,
pequeñito.

María del Carmen Cerezal

Integrante: María del Carmen Cerezal, Texto: Sólo culpa, Curso: Jueves de 17 a 19 hs


Ya no más, nunca más.
De todas las palabras de todas las frases de la carta, solamente esas, certezas de final, le saltaron a los ojos azorados.
Todo el antes se le borró de la conciencia; lo había perdido para siempre.
La desesperación le impedía razonar, la angustia le rebalsaba. Tras un instante de incertidumbre, salió corriendo como un poseído a tratar de evitar lo inevitable.
Ya no podía más que sentir.¿Dolor? Culpa. Culpa..Culpa.
Jadeaba, trastabillaba. Todo su cuerpo se desvanecía mientras el ritmo de su carrera lacerante era una letanía: culpa, culpa, culpa.
La ruta no tenía fin; era tan eterna como lo sería la muerte anunciada.
Imperturbable, la noche se apoderaba del hombre y del camino.
La culpa también.

María del Carmen Cerezal, Jueves de 17 a 19 hs.

Integrante: Cori Olmo, Texto: El diván, Curso: Martes de 14.30 a 16.30


EL DIVAN

Ramón no veía la hora de ir a lo de su analista para poderse desahogar, pero cuando entró al consultorio la encontró llorando. Para disimular su embarazo le preguntó “Desea una sesión?” “Si” dijo ella, y se tendió en el diván. *

--Bueno, veamos que le está pasando. ¿Por qué las lágrimas? ¿Qué la pone tan triste?
--No estoy triste, son lágrimas de culpa.
--Creí que Ud. ya tenía la culpa trabajada con su analista. Sigamos, ¿culpa de qué?
--De haber pensado que Norberto era un pelotudo más en la larga lista.
--Disculpe, ¿lista de pelotudos? ¿Ud. tiene una lista?
--Sí, los que me contacté a través de Internet.
--¡Ah! Entiendo, no sabía licenciada que Ud. se contactaba con hombres de esa manera; pensé que lo tenía todo resuelto.
--No sea ingenuo Ramón.
--Está bien. Cuénteme sobre este señor Norberto.
--Después de muchos e-mails y conversaciones telefónicas habíamos acordado en conocernos el jueves pasado. Para esto yo debía llamarlo e íbamos a concretar lugar y hora. Yo, que soy una persona de palabra, como Ud. ya sabe, lo llamé a su casa donde me contestó un aparato pidiéndome que dejara un mensaje, así lo hice. Más tarde llamé al celular con el mismo resultado. En total dejé 3 mensajes.
--Pero licenciada, eso no es tan terrible.
--Claro que no, lo terrible fue mi pensamiento “¡Qué hijo de ....!”
--Dígalo, no se preocupe todo queda entre estas cuatro paredes.
--Sigo, ¡Qué culpable me sentí cuando me enteré lo que le había pasado!
--¿Le paso algo grave?
--¿Y Ud. licenciado qué piensa? ¡Pobre Norberto! Me siento una cretina, una mala persona.
--Bueno, bueno, basta de flagelarse, dígame.
--Noberto no pudo descifrar los 3 mensajes que le deje porque tuvo un coágulo cerebral, se le chispotearon las neuronas y dejó de entender castellano para solo entender árabe. Como no es un cretino, como pensé, buscó desesperadamente una traductora de árabe/castellano, encontró una mujer austriaca, media parienta de Beethoven, pero ella tenia una enfermedad congénita, había heredado la sordera de su pariente entonces tampoco pudo oir mis mensajes. Como él se sentía mal por no avisarme se subió al auto y trató de ir a un cibercafé para mandarme un mail, pero como el pobre no entendía mas castellano no pudo leer los nombres de las calles ni los carteles y terminó en Irak donde lo confundieron con un mercenario, no se dió cuenta de tirar rápidamente la granada que llevaba y esta le reventó en la mano y quedó manco, pero él, si o si, quería avisarme porque sabía que era lo correcto, entonces se fue a un ciber en Bagdad y decidió escribir el mail con los dedos de los pies, pero esta vez tuvo mala suerte porque se le corrió la silla con rueditas y se fue al suelo, como es un tipo muy inteligente, en esas pocas horas que había estado en Irak ya había aprendido iraquí y al caerse empezó a reputear, como el reputeo en ese país es ilegal y también una ofensa muy grande, lo metieron en preso y decidieron hacerle lo mismo que a todos los prisioneros, cortarle la cabeza, así que le dijeron: #^H#(¡_%&\}{ (bájese los pantalones y abra las piernas que le cortaremos el cerebro) yo traduzco porque también hablo iraqui. Ahí fue cuando el Mr. President Bush se enteró del hecho y tomó cartas en el asunto; se fue de New Orleáns diciendo que tenia una urgencia y que se arreglaran como pudieran y llamó directamente al presi de Irak: “Seniour presidentei usted tener un prisiounerou y exijou su libertad o le mandou más tanques y negrous de New Orleans (de pasou me los sacou de encima)” . Cuando el presi le explica que este señor había cometido una grave falta, Mr. Bush le dice que un insulto más o menos que le puede hace a un país tan amado por su gobierno, que lo libere al tipo. “Mr. “Presi Bush , este prisionero no es norteamericano es Argentino”
“¡Ah! Haberlou dichou antes, este es el sudaca hijou de mil putas que dejou plantada a la pobrei licenciada sudacai . Toulerancia zero. Coretenlei las boulas y asi comou yo nou podra pensar más”. Así fue Ramón, el final se lo puede imaginar, para que mierda me iba a llamar si le habían cortado el cerebro y ya no tenia nada para meter.
Realmente me siento muy culpable por haber pensado mal de Norberto y tantos otros que tal vez corrieron la misma suerte, creo que debo repensar mi actitud tan poco cristiana y tener un poco más de piedad como Mr. Bush que es un cristiano de ley.
--Ya trabajaremos esto de la culpa, no se preocupe ahora, lo principal es que calmemos su angustia para que no se tire de cabeza a la heladera como es su costumbre. ¿Entonces el episodio terminó ahí?
--No Ramón, no pude dejarlo ahí, tomé cartas en el asunto y decidí hacer un piquete en Piazza San Marcos frente al Vaticano, a pesar del temor que las palomas me cagaran la cabeza, de cualquier forma son mas europeas que las de Plaza de Mayo y ya sabemos como son las cagadas europeas. Me fui al banco Boston en Florida y Diagonal a sacar mis ahorros, tuve que abrirme paso entre las señoras de barrio norte vestiditas con sus conjuntos de “banlon” color pastel y sus collarcitos de perlas auténticas comprados en el barrio chino de New York, que en su mejor acento a lo Graciela Borges y aplastándole la cabeza a los cajeros con las tapas de las ollas de acero inoxidable les decían en un muy buen castellano: devolvéme la guita hijo de mil putas. Saque mis ahorros, que por suerte no tuve que usar armas para que me los dieran y me di cuenta que solo me alcanzaba para el pasaje de ida, la carpa, las pancartas pero no para el tetra, desistí, entonces averigüé el mail del Herr Papa para escribirle y pedirle que ya que tiene línea directa le exigiera al dios católico que hiciera un “mea culpa”, claro que sin mojar la tabla porque las mujeres nos ponemos muy locas.
--Un segundo licenciada, ¿a qué viene este pedido?
--Ramón, Ramón, nobleza obliga, (soy muy noble, tengo acciones en Clarín) debo hacer una descarga a favor del hombre, es más, de su desgracia lo hago totalmente responsable a dios.
--¿A dios? ¿Cómo es eso?
--Si, claro, ¿A quién más? Ramón, ¿Me está escuchando o se durmió?
--La escucho atentamente, como Ud. a mí en mis sesiones.
--Bien, le explico. Nosotras, las mujeres, pensamos que la menstruación, parir, la menopausia o lavar el baño son cosas terribles, ¡cuan equivocadas hemos vivido!, piense por un momento, a los hombres dios los hizo con una costilla extra, por lo tanto, tienen una más para que se les rompa, aun peor, les puso la cabeza entre las piernas como ya lo hemos comprobado, esto les ha causado grandes problemas desde pequeños, primero el manoseo constante encerrados en el baño, luego los jeans muy ajustados y luego, luego, que puedo decir, no tenemos la menor idea donde han metido sus cabezotas, la cosa es que tanto franeleo deriva en coágulos y los coágulos cerebrales son malos, ¡malo, malo coágulo!, pero en el caso del hombre en cuestión fue peor, recuerde la situación estresante que paso en Irak, no fue moco de pavo, el shock al ver el cuchillo en manos de un iraquí retándolo por mal educado fue muy grande y le causó amnesia, y la amnesia si que es peligrosa, sobre todo porque siempre se manifiesta en los hombres, creo que es una cosa genérica o solo existe en el vocabulario masculino “No me acuerdo” “¿Me lo dijiste?” “¿Estás segura?”, en fin, a este pobre señor lo atrapó la maldita enfermedad.
--Debo darle la razón licenciada, la culpa es de dios, nosotros si que tenemos problemas graves por solo ser hombres, siga por favor.
--Vio que somos buenas, jamás los haríamos cargo a Uds. de semejante responsabilidad. Sigo, entonces un día de la semana cualquiera, a una hora en que una mujer como yo con la cabeza sobre los hombros, aunque otras veces entre las piernas de un Sr., lo llama por teléfono al fulano y él atiende muy alegremente. Al preguntarle si le paso algo el jueves, solo responde que había trabajado hasta muy tarde, que ni siquiera había podido dar su clase nocturna y nada más. Realmente, la puta amnesia hizo estragos, me dije yo, claro ni se acordó que habíamos quedado en conocernos (¿Conocer a quién? ¿Quien soy? ¿Dónde estoy? ¿Quién es esta mujer que me habla en castellano, no era que yo no entendía?) Tampoco acusó recibo que me había pedido que lo llamara para concretar cita (cita, ¿Que cita? ).
--Claro, claro, ¿había sido un pedido de él, no?
--Por supuesto, y yo lo llamé como persona responsable que soy dejando 3 mensajes, 2 en el celular que obviamente no tiene alcance hasta Irak y otro en el teléfono de línea que seguramente se lo habían cortado por olvidarse de pagarlo gracias a la amnesia o en su defecto, al coágulo. Mire Ramón que mal estaría que ni se acordaba, o ni se había dado cuenta que tenia un servicio de e-mail con el cual habíamos entablado un dialogo virtual y que podía aprovecharlo para cancelar el intento de cita o tal vez disculparse al día siguiente. Lo bueno de todo esto es que por suerte su castellano estaba como antes, es más, repetía algunas frases famosas: “¿qué lindo que me llamaste!” “¿cómo estás corazón?”
Ud. comprende Ramón que no iba a llamarme por mi nombre, mire si no era yo y era una iraquí refugiada con una bomba lista para tirársela,
--Comprendo, comprendo.
--Entonces Norberto siguió hablando, “a ver cuando nos conocemos” ,claro que mi esperanza era que él se pudiera conocer y reconocer antes de encontrarse conmigo, pero tanto no se le puede pedir a un amnésico, ¿No Ramón?
--¿Cómo dijo? Por favor repita la pregunta, me aprietan un poco los jeans y estoy molesto.
--Olvídelo. Después entramos en el rubro gastronómico que es lo que a él le gusta, ahí fue donde se entusiasmó con la idea de cocinar una paella juntos. ¡Qué buena idea! dije yo, pero con temor que la amnesia no le permita recordar que juntos significa ponerse de acuerdo y estar los dos en el mismo lugar al mismo tiempo. La conversación siguió muy amena cuando de pronto se le movió el coágulo o se le aflojaron los jeans y dijo: veámonos este fin de semana, hablamos y arreglamos día y hora.
--Pobre hombre, cuantos problemas tiene. ¡Ah! Hablábamos de Ud. y su culpa. ¿Tiene algo más para contarme?
--No, para contarle no, solo quiero hacer una reflexión y le pediría que se la trasmita a sus pacientes femeninas.
--Por supuesto, cuente con eso, a ver de que se trata, dígame.
--Mujeres, Mujeres con mayúscula como las piden los hombres en estos maravillosos servicios de encuentros, ¿Cuándo vamos a entenderlos? ¿Cuándo sabremos que lo que dicen no es lo que quieren decir? ¿Cuándo ellos dirán lo que piensan? Estos son los grandes misterios que nos ha dejado dios para nosotras descifrar.
--¿Ud. licenciada tiene respuestas?
--Si, yo ya lo descifré y he sacado una conclusión: mandemos todos a Irak y que se hagan cargo ellos de la solución definitiva, ¡A CORTÁRSELAS!, si después de todo parece que no la quieren usar.
Se habrá dado cuenta Ramón que jamás llamó, mandó mail ni se comió la almeja de la paella.
--Almeja, ¿qué almeja licenciada?
--Ramón no pienso explicarle, si no entiende I rest my case.
--¿Algo más licenciada?
--Y si, el asunto del análisis médico.
--No me habló de un análisis. ¿De qué se trata?
--La semana pasada, la que Ud. no vino porque se había olvidado, sonó el teléfono (si, se me cayo y se hizo mierda) aquí en mi consultorio. Ring......ring.....
--¿Me olvide de venir? No lo recuerdo.
--Me imagino, lo que sí recuerde es que me debe pagar la sesión de cualquier forma.
--Está bien. Cuénteme sobre la llamada.

--Hola, la Licenciada Smart?
--Si, ella habla.
--Habla el Dr. Monge, su ginecólogo amigo.
--Hola doctor, ¿qué pasa?
--No se asuste Licenciada., tengo una buena y una mala noticia, cual le digo primero?
--La buena por supuesto.
--Después de los análisis, investigaciones y largas discusiones con mis colegas tenemos un diagnostico, sabemos lo que tiene.
--Me asusta, doc
--No se me asuste lo suyo no es grave.
--Que alegría, ¡viva, viva ! ¿Y la mala?
--Bueno, en fin, no se como decirlo, aquí va, sin anestesia, no es grave pero no tiene cura.
--¿CÓMO? Pero dígame que tengo.
--Lo suyo es muy normal, esto le pasa a todas las mujeres, no importa la edad, no es cuestión de hormonas o si es joven o si ya llegó a la menopausia, desgraciadamente es genérico, y Ud. cuando fue a Once se compró un género barato, je, je, chiste de médico, sigamos, el diagnóstico es “Inchadious los Ovariums” esto es, este Sr. Norberto aportó una pelotudez más para rebasar los Ovariums.
--¿Qué hago, doc? ¿Cómo lo soluciono? ¿Tiene solución?
--No en nuestro país, en Irak como ya sabemos la tienen. Nuestras legisladoras trataron de pasar una ley parecida a la de Irak, pero los legisladores se negaron a votarla y les gritaron “histéricas de mierda” “mal cogidas”, a lo que ellas les contestaron “de eso se trata tontitos, a ver si se ponen las pilas”. La Sra. Cristina trató de pasar la ley Iraquí pero su esposo mirándola a los ojos, mejor dicho, la miraba con un ojo y el otro que mira al costado veía a Scioli haciéndole señas desesperadas de: ¡NOOOOOO!, hasta que se le cayó la mano y el presi no entendió si fue el gancho que se rompió o había cambiado de opinión.
En fin Licenciada., va a tener que encontrar otra solución. Pienso que algunos ejercicios de “descarga”, por ejemplo pruebe esto: inspire..... descargue, inspire.....descargue, inspire..... ¿tomó Factor AG de 200 o 400???? Vamos, pruebe otra cosa, mándele un mail en ayunas al bicho, perdón, al virus que le causó la hinchazón final y dígale sutilmente lo que piensa de él, y llámeme mañana la semana que viene.

--Licenciada, ¿De quién me dijo que era parienta la traductora?

Cori Olmo

* Incipit de la consigna

viernes, mayo 05, 2006

Integrante: Cori Olmo, Texto: 70 policías y ninguna cucharita, Curso: Martes 14.30 a 16.30 hs


70 POLICIAS Y NINGUNA CUCHARITA

¿Tía, qué le pasa al abuelo? Mirá qué serio que está. ¿Le duele la panza o la cabeza? ¿Por qué no para de revolver el té? Tía, me molesta el ruido, pedile que pare. ¿Te parece tía que le duele el cuerpo o el alma?
¿Por qué preguntas eso?
Ayer también hacía ruido con la cucharita y hablaba solo.
¿Qué decía?
No entendí mucho, hablaba de su sobrino; ese hijo de su hermana, el que vinieron a buscar, no entendí, algo de los 70. ¿Qué son los 70? ¿Son policías?¿ por qué lo vinieron a buscar? ¿Dónde está ese chico? ¿Qué pasó, se robó una cucharita? Ah! Debe ser por eso que el abuelo se concentraba tanto en la cucharita, ¿no?

Cori Olmo – Taller de Escritura – Martes 14.30 a 16.30 hs