miércoles, junio 15, 2011

Mujer que desliza tres sombras, Héctor Guetufian

-¿Lo de siempre
-Doble
-¿Atrapaste al asesino?
-Me di por vencido
-Lo tenias acorralado
-Sabés, mi viejo fue un genio. Era psicólogo. Escribió libros sobre Freud, Jung, Lacan y Foucault. Una  vez me dijo que en mi vida iban a haber tres mujeres. Ni una más ni una menos. No era frase de un científico de la mente humana, tampoco de un padre, yo que sé, pudo haber  dicho, hijo, vas a tener una mujer en la vida o algo así. Mira, yo no le salí bueno y me bancó hasta el último día de su vida, me alentó a que siga siendo detective privado. Otro whisky. No voy a ir al cabaret a buscarla en la oscuridad, llevarla al hotel y hacer el amor. Dame otro. No voy a ir a lo de la millonaria que me contrató para que busque al asesino. Me entrevista en una habitación en penumbra, porque tiene una enfermedad en los ojos y con una voz como forzada quiere saber sobre mis avances en la investigación. Otro. Esto pudre. A veces la excusa es una infidelidad, un robo, un asesinato. Otro. Las dos mujeres son la misma. Es una lunática que tiene tres personalidades.
 -Si son dos ¿por que tres?
 -Los crímenes, ella los cometió. Dame otro whisky. El perfume  era el mismo cuando tenia sexo en el hotel, cuando hablaba en el escritorio, cuando me encontraba en la escena de los asesinatos. Soy un sabueso, poseo el olfato para catalogar la basura de este maldito mundo. Fue fácil.


Texto basado en la lectura del cuento : "La piedra con forma de riñón que se desplaza día tras día" de Haruki  Murakami

Las sabias mujeres de más de sesenta, María Angélica Larocca



Formo parte de un grupo de mujeres de más de sesenta. Nos llamamos andariegas por eso de andar la vida a trompicones,  aprendiendo a cada paso, suavizando los errores.
Nos perdonamos. Nos aceptamos. Nos decimos sabias. Esa sabiduría la conseguimos de a poco y hoy la lucimos orgullosas.
Mujeres. Féminas. Pasando los sesenta nos sentimos más allá de cualquier prurito.
Recorrimos caminos llenos de sorpresas. Aprendimos y desaprendimos casi todo. Nos sorprende la tecnología pero aceptamos sus desafíos .Cada logro es festejado con carcajadas. Vivimos la vida como un juego donde no nos callamos nada. Queremos sexo y aventuras pero también participación y compromiso. Somos solidarias y autónomas.
Las que en los setenta nos conformamos con ser esposas y madres  nos volvimos contestatarias y logramos cambiar nuestro pequeño mundo. Crecimos. Arrollamos los prejuicios y los reemplazamos por ideas alocadas. Joviales. Avezadas .Solemos guarecernos de los comentarios socarrones con actitud ingenua pero llena de impúdico atrevimiento.
Con osadía audaz nos brillan los ojos  Con picardía nos reímos fuerte. Perdimos la vergüenza.

Vivimos con tanta plenitud que el mundo podría terminar mañana que a nosotras no nos importa. Nos realizamos a pesar del pasado y sin ocuparnos demasiado del futuro. Vivimos hoy.Hoy somos mujeres de más de sesenta. Sublimes adoradoras de lo nuevo ,de lo insólito . Imprecadoras. Alucinando espacios maravillosos que esperan que los recorramos.
Las culpas frágiles se quiebran y desaparecen dejando el camino abierto al goce y la libertad. Somos mujeres , tenemos sesenta pero no se nota.
Curiosas. Intrépidas. Allá vamos a conquistar lugares antes prohibidos .A decir palabras antes calladas. A iluminar rincones oscuros. Logramos inmiscuirnos por senderos fantásticos donde lo cotidiano tiene brillos de irrealidad.
Ahora somos mujeres pero de sesenta, que alguien se atreva a detenernos.

Fotos pertenecientes al Concurso de Fotografía del Instituto de la Mujer, España.

lunes, junio 06, 2011

Norma Laniecki, El comisario, basado en el cuento "Fuegos Artificiales" de Héctor Tizón

   Tantos años en este pueblo, en el campo, donde las viviendas están muy separadas
unas de otras que ya nada me sorprende. Conozco a todos. Yo represento para ellos
protección, fuerza, la ley que se puede manejar según necesidad. Acá somos socios de
la vida sin contrato escrito pero firmemente unidos por la soledad, traiciones,
intereses,  dinero que me llega en pago de algo que no siempre sé cómo lo gané y
menos  si lo merezco Dice el saber popular que el que lo da si sabe.
   Escuchen esto. Hoy tengo que resolver un problema que aparentemente está listo,
cocinado,  en bandeja. A la cárcel no va a ir nadie. Imagínense. Un tipo llega a su
casa  sin aviso y lo bajan de un tiro de escopeta en la cara. Testigos oculares del hecho
no  hay. La esposa del asesinado señala con gritos, dedo acusador y arma a un pobre
diablo, el opa que vive en el galpón de la casa.  Inimputable, que fascinado por los
fuegos  artificiales que ha visto, responde a todo lo que le prometa nuevas luces  
 mágicas.

El muerto, flor de boludo, que sabía que no debía regresar en horas no  habituales, ya
 no habla. Mis asistentes estuvieron en el lugar bastante más tarde y semidormidos, claro era de madrugada..Ellos no entienden nada ni les interesa entender.

Y yo, después de escapar semidesnudo, terminé de vestirme y me reuní con ellos.  
Nunca me imaginé ver a mi amante tan desencajada, llorosa, inconsolable. Me fue
difícil  aguantar la risa. No era la misma que una hora antes disfrutaba conmigo en la
cama pensando que teníamos todo el tiempo para nosotros.

Pilar Corripio, La Hamaca de la abuela, basado en el cuento "Sombras sobre vidrio esmerilado" de J.J. Saer

 
 Hamaco mis pensamientos con cadenas
 al tiempo que no desato los nudos en mi memoria
 tengo atrapada tu silueta en mis pupilas
 sombra que aprieta mi boca
 sueño que  crecimos  en nudos enredados 
que el tiempo no desató
corazón rincón de mis lagrimas,
ahogando penas en el agua

Escribo poesías para no morir
y dejo que los pájaros vuelen por el aire hechos  palabras
me quedo aquí
y miro la ventana de vidrio esmerilado
pensando que tengo veinte años
y que sentiré tus manos en mi espalda.