martes, junio 12, 2012

Poner el pecho, Rubén Hojman



Robustiana había soportado desde su infancia, sobre todo en el colegio, las chanzas de sus compañeritos, que la cargaban por su nombre, tan desusado. Más tarde, en el secundario que abandonó temprano y en los trabajos que fue probando, el apellido Abrile –que mostraba la mixtura entre lo criollo y sus vestigios inmigratorios-, no favoreció el cese del asedio.
-“Mirá lo que tengo para vos, abrile”.
-“Robus, ¿sos tan cerradita vos que hay que pedirte? Dale, abrile…”
-“Abrile, no te abras tanto que te podés resfriar la que te jedi”
-“Robustiana, te regalo esta banana”.

Y así, hasta que perdió la esperanza  de acabar esa condena que la hacía sentir tan infeliz y avergonzada, sin ánimo para contestar, levantar la voz, insultar, pelearse.
Finalmente se pegó a sus cábalas como soporte en su desfallecimiento: si sucedía tal o cual cosa, si el perrito del encargado la ignorara o ladrara a su paso, si la patente del primer vehículo que viera al salir a la calle terminara en sus números de suerte, tendría o no un día tranquilo en su trabajo. A veces eso sucedía, durante varias horas bajaba su ansiedad, hasta que al final de la jornada, los compañeros contentos por la hora de salida arreciaban con sus pullas, haciéndola enrojecer.

Incapaz de cambiar las cosas, desilusionada por la ineficacia del modesto entramado de recursos con que luchaba contra esa adversidad, descubrió en una revista las promesas de horóscopos que le pintaban hechos futuros, más allá de las tristes experiencias de cada día, menos gravosas al poner  esperanza en el mañana.  
Se convirtieron en el sostén de su ánimo, su numen inspirador cargado de promesas para el día siguiente, para la semana, para el mes, para la vida al fin, que le infundían valor para seguir poniendo el pecho.
Con esa afición y dependencia, comenzó a actuar, casi sin darse cuenta, de acuerdo a los textos, que devoraba.

Lunes 2.
AMOR: Una persona irresistible tratará de seducirla y le costará no rendirse a sus pies. Si no busca compromisos, puede ser un momento ideal para un fogoso romance y diversión.
Y andaba por la calle y en el subte haciendo mohines y clavando sus ojos en los de cualquiera que supuestamente respondiera al tipo indicado, hasta que oyó un zafado:
-¿Qué te pasa gordita, estás muerta de hambre?

Martes 3.
DINERO: Fuerza para avanzar contra viento y marea, pese a que los negocios no acompañen. Mientras no pierda las ganas, todo se arregla.
Eso galvanizó su temple, maltrecho por la falta de resultados, compensando el carecer de negocios con la obsesiva búsqueda del seductor, ése era su negocio, cuando le pareciera encontrarlo avanzaría en cumplimiento de la consigna, “contra viento y marea”.



Miércoles 4.
AMOR: Cierto mar de fondo agitadísimo. Esté en guardia: se aproxima una tormenta. Haga aquello que le conviene, no lo que dicta el orgullo.
Tal cual: estaba por entrar al subte y se largó un aguacero que la empapó en segundos. Los truenos convalidaron la certeza del horóscopo, pensó en la otra parte de la consigna y se dispuso a hacer su conveniencia. Con la camisa pegada al cuerpo como segunda piel, en el vagón atestado le tocó apretarse al guaso de la otra vez.

Jueves 5.
DINERO (aunque viene bien para el AMOR): Llegará a la meta en la mitad del tiempo calculado. Tal vez precise hacer algún tipo de sacrificio en nombre del progreso.
Y bueno, está escrito, al sentir que el otro le arrimaba la mano a la cintura mientras le pareció verle una mirada diferente. ¿Será esto el progreso? ¿Y el sacrificio, cuándo?

Recordó la clave de otro día: Las emociones no tienen lógica: entréguese de lleno a la pasión.

El tipo le sopló al oído: nos bajamos en la que viene y te venís conmigo, estás mejor que lo que parece y encima olés bien.
Cuando era llevada por el andén aferrada por el hombro, recordó en tropel otras consignas:

Si juega a dos puntas, puede quedarse sin el pan y sin la torta.
Si le toca debatir con gente preparada, hable poco.
Por cada pena tendrá diez alegrías.
Avanzará rápido, tanto que los afectos quedarán atrás.
Las emociones (¿Cómo era?), ¡ah, sí!: entréguese  de lleno a la pasión…

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