viernes, noviembre 11, 2011

Cazador cazado, Mary Medina



-          ¿Vamos, seño?
-          ¿Desayunaron todos?
-          Si
-          Entonces, vamos
Salimos del comedor de la escuela. Fuimos a lavarnos los dientes y luego al salón.
Se mantenía la rutina diaria pero sentíamos en el ambiente algo raro, frio y pesado como el clima.
Clima que sentíamos desde aquella mañana que estábamos preparando un festejo de cumpleaños  cuando  llegó la secretaria con un policía y nos hicieron desalojar el colegio porque había una amenaza de bomba.
Nos fuimos a la plaza, a las dos horas regresamos. No habían encontrado nada. Nuestra aula estaba como la dejamos, pero los chicos de la señorita Lucia, nos contaron que revisaron los armarios, ella había faltado ese día, no volvió nunca más a la escuela, a la semana siguiente vino una suplente.
 Desde esa mañana, la puerta de calle estaba con llave.
Días más tarde, no dejaron entrar a la señora Celia, la directora, y después llegaron varias personas, las llamaban autoridades del ministerio, y nos presentaron a la nueva directora, Alicia –pero no la del país de las maravillas- Ella dijo que venía a poner orden y disciplina, respeto a la patria y sus símbolos y que se yo cuantas pavadas más.

Hoy, cuando entramos al salón, nos preparamos para trabajar. Comentamos sobre el estado del tiempo, después de poner la fecha en la carpeta. La maestra dividió el pizarrón para indicar la tarea a realizar por los dos subgrupos.
En el patio estaban aun los más chicos terminando la higiene matinal.  
Entrecerramos la puerta. Desde afuera se veía el escritorio vacio, la seño se fue atrás a sacar algo del armario.
De pronto. Se abrió la puerta y entró la directora, desencajada, cuando escuchamos:
-Saludamos a la señorita Alicia.
Ella quedó totalmente desubicada. Respondió a nuestro saludo y no sabiendo qué decir o hacer. Se dirigió a mí y miró mi carpeta, mientras decía algo incomprensible. Salió.
En el patio ya no quedaban chicos y brillaba el sol.

No hay comentarios.: