La querida
Silvia nos dejó este año sorpresivamente, buscando entre sus numerosos textos,
encontré éste, un cuento fantástico, soñador, un tanto misterioso como era ella
o como le gustaba ser. Creo que este cuento la representa y nos deja una imagen
mágica de sus relatos. La recordaremos así,como una mujer imponente, siempre dispuesta
a emprender la aventura de un viaje.
Compradora de
sueños
Hacia cinco
horas que el avión había salido del aeropuerto. Amanda miró a su compañero de
asiento que dormitaba y
lo envidió. Ella nunca podía dormir en los aviones.
El viaje lo
decidió en una semana. Estaba harta de la rutina de su vida. Paris era el
destino.
Cuando llegó al
hotel, se dió un baño y se acostó, Realmente se sentía cansada. Al despertar el
reloj marcaba las tres, En el ascensor
uno de los botones la saludo con cortesía. Joven y atractiva, trataba de
disfrutar de la vida, viajar era su gran motivación. Había tenido un novio
hacia tiempo pero cuando descubrió la infidelidad, lo abandonó.
Camino por las
calles pobladas de tiendas. El aire parisino es reconfortante, pensó. Le
encantaba comprar. Su esbelta silueta le permitía usar cualquier estilo.
El apetito le
apretaba el estómago, entró en un local de sandchichs, comió frugalmente
mientras decidía donde ir, el viento era fresco y el cielo nublado completaban
una tarde otoñal.
El conserje le
había dado algunos folletos con actividades culturales en la ciudad. Le llamó
la atención un nuevo museo de cera con escritores y artistas de diversas ramas
del arte.
La sedujo ese
aire misterioso, con luces multicolores que realzaban las figuras allí
expuestas. Deslumbrada, una idea alocada se apropió de su cabeza. En un
descuido del guardia se escondió detrás de un alto mostrador de madera.
Ya lo había
decidido, pasaría allí la noche. Se
apagaron las luces, pero no del todo, algunas tenues, iluminaban los salones. Comenzó a recorrer esta vez con paso lento hasta que
llegó donde estaba George Sand, la famosa escritora feminista que ella tanto
admiraba.
La mirada
profunda la conmovió, parece real, se dijo,
Mientras le
quitaba con mucho cuidado una chalina y se la colocaba en su garganta. Un deseo
irrefrenable de escribir, la invadió. Buscó en su cartera, siempre llevaba una
libreta y apoyada en el escritorio comenzó a llenar la hoja en blanco. Como si
una mano invisible guiara su estilográfica. Perdió el
sentido del tiempo.Leyó con detenimiento
e incrédula comprobó que era una parte del texto “Un invierno en Mallorca”. Allí
faltaba Frederic, pensó.
Lo guardó en su
bolso y atónita siguió caminando. En un costado, Edith Piaf la miraba, casi
sonriente. El gorrión de Paris, dijo casi en voz alta. Emocionada le acaricio el brazo y de pronto
de su garganta comenzó a brotar una melodía,
La
vie en rose y después otra, Milord.
En un escenario
de época apoyada en una barra Marlene
Dietrich, la única que pudo hacerle
sombra a Greta Garbo con su mirada
seductora y envuelta en una estola de visón, El ángel azul, la que se atrevió a rechazar propuestas de Hitler y
muy amiga de la Piaf
no podía faltar. Con delicadeza le quitó el
cuello de piel y se lo colocó. La voz áspera y envolvente salio de su
garganta con los acordes de Enamorándome( ich bin von Kopf bis Fuss auf Liebe eingestellt )
Sobresaltada observó que las primeras
luces de la mañana se filtraban por algunas ventanas. Sentada sobre una tarima,
esperó hasta que oyó las voces de los visitantes, cuando pasaron a su lado, se
mezcló entre la gente y se acerco a la puerta. Al salir repitió lo que siempre había
pensado
Paris,
ciudad mágica e inolvidable.
Silvia
N Fabiani
Ilustración: Silvia Schmid
Ilustración: Silvia Schmid
1 comentario:
Adriana, esto quiere decir que Silvia falleció? Ella, que vivió cuidando a su marido enfermo de toda la vida? Qué fatal ironía del destino, lo lamento mucho, no hace mucho la había invitado , junto a una ex compañera de un antiguo taller, a una reunión y charlanmos un montón. Ahí mismo encontró a un cantante de tangos amigo suyo, tuno una tarde muy emotiva.
Publicar un comentario