“Por favor, sea breve”, dijo el sordo al mudo quién parecía querer responder. Este sacó de su bolsillo una libreta en la que escribió una oración, arrancó la hoja y se la dejó frente al ciego para que la leyera; pasaron varios minutos y el sordo volvió a repetir: “Por favor, sea breve”, el mudo parecía querer responder y frente al ciego se irían acumulando infinitos papeles.
“Por favor, sea breve”, dijo el comisario al agente quién sacó de su cartuchera el arma reglamentaria, y de dos tiros certeros, dio por finalizado el interrogatorio.
“Por favor, sea breve”, dijo apresurando el interrogatorio del que se acababa de despertar; a lo que este preguntó: “¿Hace mucho que usted está aquí?”
“¡Claro que sí!, ahora vuélvase a dormir”, respondió el dinosaurio y apagó la luz.
Por favor, sea breve - dijo con firmeza. El plato,grande, el caldo sudoroso. Las verduras cortadas giraban sobre sí mismas sobre las burbujas de la sopa. A través de los lentes empañados, notó la mirada que se clavaba sobre su mano que subía con torpeza la cuchara colmada. Abrió la boca y cerró los ojos. El metal de la cuchara se sintió de inmediato. Aguantó las lágrimas. La madre, orgullosa de tener una hija tan obediente.
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