En mi diaria caminata, se me ocurrió cambiar el rumbo, ya que hacía muchos días mis pies pisaban las misma baldosas; entonces decidí ir al parque y disfrutar la tibieza del sol, el canto de los pájaros, el perfume de las flores silvestres. Después de una hora, tiempo que dura mi rutina, empezó una suave brisa que fue lentamente creciendo, provocando una lluvia de hojas muertas que alfombró el césped del parque. Pero casualmente encontré una, diferente de las otras, que empujada por el viento se posó en mi pecho como buscando protección, la tomé en mis manos, la miré, la acaricié y le dije: yo también estoy perdiendo el color y tengo miedo del viento.
La puse junto a sus compañeras y me marché pensando no sé en qué cosas.
2 comentarios:
Hermoso texto muy poético y sentimental.
Hermoso texto muy poético y cargado de sentimientos en pocas palabras.
Publicar un comentario