El escritor siente como un nudo en la garganta y en el pecho palabras que esperan salir a borbotones para expresar sus fantasías y llevar despaciosamente la mano hacia el papel vacío.
Espera ese momento de poder volcar todas las cosas que tiene adentro y desespera por poder transmitir todo lo que lo lleve a relacionarse con los demás.
El escritor a veces se siente solo y cuando alguien lee sus cosas se toma de las manos con sus semejantes formando una ronda redonda.
Espera ese momento de poder volcar todas las cosas que tiene adentro y desespera por poder transmitir todo lo que lo lleve a relacionarse con los demás.
El escritor a veces se siente solo y cuando alguien lee sus cosas se toma de las manos con sus semejantes formando una ronda redonda.
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