jueves, septiembre 13, 2007

Sin palabras, Marta Viñas - Curso Miércoles 17.30 a 19.30 hs







El hombre estaba sentado en el banco de la estación de
trenes de Villa Linda, tenía una valija destartalada, atada
con un cinturón y una especie de bastón acomodado entre
las piernas. Parecía distraído cuando la mujer le pidió
permiso y se sentó a su lado. La miró y haciéndole una
media sonrisa, se corrió . Ella tendría unos setenta años,
cabellos entrecanos muy bien acomodados en un rodete y
una presencia contundente. Sacó el abanico y comentó
¡ Que calor! - ¿Hace mucho que espera ?, lo que pasa que
yo no soy de acá vió, por eso no se los horarios, porque si
algo tiene que saber una son los horarios de los trenes para
no esperar en las estaciones y morirse de calor o de frío. En
realidad mi finado esposo- Dios lo tenga en la gloria- era
muy ordenado y fue el quién me acostumbró a esto de los
horarios; lo que pasa es que vine a visitar a mi cuñadita ,la
Elvira, la que vive pasando el corralón de Don Vicente,
¿ no la conoce? ... bueno no importa. Está muy enferma,
la verdad yo creo que de este mes no pasa, pero no me
puedo quedar, también una tiene lo suyo, además ¡Ojo!
no se me olvida que cuando andaba bien ni la hora me
daba, una vez le pedimos dos mil pesos, un dinerillo
insignificante y puso mil excusas con tal de no prestarlo
en fin ...diga que una es buena, haz el bien ,sin mirar a
quién. ¡ Huy mire ya viene el tren! ¡ Señor... señor! Gritaba
tirándole de la manga, él la miró y le volvió a entregar
otra media sonrisa, pero no se movió - ¿Oiga, se va a quedar
ahí sentado?. ¡ Vamos hombre a ver si después de tanto
esperar , lo pierde! - Estos pueblerinos , pensó, ni hablar
saben ,menos mal que una no es de andar criticando.
El sordomudo se levantó cansinamente y esta vez, sí al ver
el tren le regalo una sonrisa entera.-

No hay comentarios.: