En la
oscuridad del estudio hay una biblioteca. En la biblioteca, cierto libro entre
muchos.
El libro es una colección de leyendas orientales En el sector del
índice empieza la insurrección. Los títulos y los números romanos se deshacen y
forman dos manos. Las manos destejen la trama narrativa durante varias noches.
Finalmente, sólo quedan las letras doradas de las tapas y el lomo. Ahora el
libro es un estuche que guarda dos ovillos negros.
Pasa algún tiempo. Se remata la casa. El comprador, hombre
solvente, trae un ejército de empleadas domésticas para hacer la limpieza.
Mientras apilan los volúmenes en el suelo para desempolvar los estantes, una de
ellas descubre el cofre y lo abre. Se queda asombrada y complacida. ¿A quién
podría interesarle un costurero con forma de libro? Lo guarda sin que la vean y
lo lleva a su casa.
Pone los ovillos en la bolsa de lanas sobrantes, con las que teje
cuadrados para armar frazadas, y dispone la caja como un adorno extraño en la
mesa de noche.
Agotada, se acuesta y apaga la luz. Entonces, la tapa del estuche
se levanta y el objeto empieza a contar las historias deshiladas. Cada noche el
cuarto frío y pobre se puebla de seres increíbles, embarcaciones, perfumes,
palacios, océanos, risas, música, llantos, magia, amor, aventuras,
tormentas...Cada noche la mujer se va a dormir ansiosa y feliz, esperando que
siga el relato.
Tanto se apasiona que empieza a tener insomnio. Ahora, mientras
escucha la narración, saca los restos de lana que ha guardado y empieza a tejer
un cuadrado negro, otro blanco, otro rojo... Durante todo el otoño agota las
lanas y, no sólo asegura su abrigo y el de los suyos, sino que regala mantas a
varios vecinos.
Pronto descubre que ya no tejerá más. La caja parlanchina se ha
cerrado en un mutismo prolongado y –ella lo intuye- definitivo.
En adelante, después del trajín diario, les cuenta a sus hijos y a
los de otros lo que oyó durante cada noche de cada mes. El brillo de las
miradas y el silencio expectante son el espejo que le devuelve su propia imagen
de oyente en silenciosa maravilla.
Y comprende todo. Todo lo que tiene que comprender: se ha
convertido en una narradora oral
1 comentario:
Original historia Cristina, los cuentos se tejen como las mantas de la protagonista, que a través de la magia encontró su camino.
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