Este grupo de casas modestas,sólidas, coloridas ,parte de un paisaje solitario y separado de toda civilización, me atrapa. Lo miro primero de lejos. Me voy acercando. Quisiera recorrer cada una de esas viviendas, ver como son por dentro, conocer a la gente que ahí vive. Sobre todo cómo vive. Que me cuenten su historia, sus orígenes, sus amores. Lo intentaré.
Una ventana abierta me invita a mirar. Es baja. Pequeña. Pero ventana al fin, permite ver algo de afuera hacia adentro y mucho,seguramente, de adentro hacia afuera.Siendo un intruso que encuentra misterio y belleza por donde pasa y pone en palabras todo lo que entra por sus ojos y llega a su alma , busco, veo y Escribo, aunque sea soldado de uniforme y armas.
Ningún ruido. Silencio. Apenas un plato vacio sobre la mesa rústica. Me recuerda las mesas listas y ordenadas de los restaurantes cuando aún no llegaron comensales. Pero es una asociación de un hueco habitante de ciudad ,devenido en militar sin quererlo.¿Sin quererlo? Aquí debería haber una historia única. Ese plato espera a alguién que ya conoce. Sino no estaría en ese lugar. Pienso que cuando ese alguién llegue lo llenará de algo caliente y reconfortante. Lo comerá despacio, mientras piense, tal vez, en su gran cansancio, en su ayer feliz, en su próximo amanecer. ¿Me atreveré a hablarle? ¿Me invitará a pasar? ¿Compartirá su comida
conmigo? De pronto unos miaus me dicen que en esa habitación hay un gato. Pasa lentamente delante de la mesa. Me descubre. Me mira. Sigue maullando. De golpe hace como que va a saltar hacia mí pero se sube a la mesay¡zas! El plato ya no está. Unos cuantos pedazos en el suelo y mi paisaje ha cambiado. Noto más la soledad del lugar. El único ser viviente no me ha recibido. No me ha aceptado. Vuelvo a mirar al gato que ahora se arrima a un almohadón con un corazón bordado en él. Evidencia de una mano femenina. Como la muñeca que acabo de descubrir sentada en la silla expectante, frente al lugar en que hace un rato estaba el plato entero.
Todo lo que puedo decir,hasta aquí, es que alguién va a retar al gato.¿Lo castigará? ¿Hará como yo, soldado de uniforme y armas, que suelo castigar y hasta matar al que no me obedece?
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