En una ruta tranquila y muy poco transitada, TITO se dio
cuenta que el motor estaba fallando y le dijo al otro chófer:
-Raúl debemos parar en aquel pueblo, hay que revisar que
es ese ruido.
Todo parecía estar bien, pero era preferible
corroborarlo. Al parar el micro Raúl bajó y revisó y por suerte era solo una
chapita mal ubicada, pero en ese momento bajó una mujer con un gracioso
sombrero que tapaba más de la mitad de su cara, de los costados asomaban dos
largas trenzas de cabello renegrido, sus enormes ojos oscuros describían el
asombro de ella al ver ese pueblo, entonces preguntó:
-¿dónde estamos?
El chofer que estaba revisando el coche respondió:
-DONDE EL DIABLO PERDIO EL PONCHO-
Ella sin dejar su tono provinciano exclamó:
-¿AHH?
En el rostro del chofer se dibujó una sonrisa burlona y
rápidamente respondió diciendo
-NO SEÑORA EL PUEBLO SE LLAMA OHH-
La ingenua mujer dándose corte de muy entendida dijo:
-ahh” ahh”
Tito puso en marcha el colectivo, entonces RAUL giró y le
dijo:
-SEÑORA SUBA SEGUIMOS VIAJE-
Ella sosteniendo su sombrero, se dirigió hacia su asiento,
cuando iba a sentarse, el compañero del lado le preguntò:
-¿Dónde paramos?
La buena mujer dijo: -en un pueblo llamado ohh.
El hombre largó una carcajada y reclinando su asiento, continuó
con su tranquilo descanso. Ella lo miró y con los brazos cruzados, la doña
volvió a exclamar: AHJA AHH……
Justo el chofer estaba en el pasillo verificando los
pasajeros, cuando llegó a ella dio el grito de:
-COMPLETO- la señora AHH
está en su asiento.
Mónica
Cirilo Manzur
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