jueves, junio 20, 2013

Imagen y palabra - Relatos y Fotos -


La noche de los deshabitados


 La noche oscura y lacerante cae en la ciudad. Apenas unas lucecitas débiles y titilantes como destellos de flash o imágenes mentales que se borran rápidamente. Pasan, se van, no vuelven jamás. Así en medio de la penumbra, entre lo descartable e inútil aparecen sombras errantes, fantasmas que se corporizan  en seres humanos. Nadie circula por las calles. Hay miedo. . Blanco y negro con algunas tonalidades de grises.
Estrellada, literalmente arrojada desde la galaxia de la indiferencia y frivolidad está Lucía. En el callejón de los sueños olvidados, entre aquellos que nadie echa de ver o con mirada estrábica  ignoran y siguen su camino sin desviar un paso ni ubicarse en las coordenadas de la realidad que nos sobrepasa. Hace frío, unos cartones olvidados por sus amigos recicladores  le sirven de lecho. Su cuerpo cansado de deambular como sonámbula  todo el día por laberintos inciertos, reposa con dificultad. La campera le sirve de almohada entre los duros adoquines. Sus pies, descalzos ..Sus brazos, entrecruzados para sentir más calor.
 Hace tiempo que anda sin rumbo. Sabe que por las noches nadie la molestará porque es una cortada y no entran coches.. Con las primeras luces, ni bien empiecen los vecinos a salir, no estará. Víctima del brutal desafecto y la explotación  huyó  de su casa sin que nadie advirtiera su ausencia o la denunciase a los medios . Mejor permanecer oculta como los fantasmas. Ella busca desesperadamente la luz de la que es portadora por su nombre, quizá algún ser bondadoso se apiade. Nunca  la habían mandado a la  escuela. No se pudo enterar del poeta anónimo que haba  escrito en la pared un texto amoroso con dedicatoria.
Miguel, uno de los cartoneros,  la protege. Siempre le deja algunos hojas de cajas desarmadas para su cama. También se encarga de vallar la calle para que ningún  borracho o distraído la moleste. Ha pintado un grafiti que indica que ese lugar le pertenece  para que lo sepan las otras bandas del barrio.  También es uno de los silenciosos pasajeros de la noche abismal ¿Poeta o perro de nadie?
Cerca, en la salida , en la calle  transversal hay un coche lleno de desechos, allí está Roberto, el coleccionista de bagatelas y basura que  después vende para hacerse de unos pesos y poder sobrevivir. Perdió su familia y su empleo .En el cascajo cubierto por una frazada gastada duerme. Sin embargo parece interpelarnos con su mirada tragicómica sabe que como decía Marechal  “ del laberinto se sale para arriba “Esboza una sonrisa y se prepara para su peregrinación  del día siguiente El olor nauseabundo lo duerme. Otro día se avecina. Quiere juntar plata para poder volver a ver a su hija.


Alicia Laurenza    - alicialaurenza@yahoo.com.ar
Fotos: Alfombra de los sueños- Eder Romero /Dormir con la almohada de basura-Rafael del Río

















 

 

 


 

1 comentario:

maria cristina dijo...

Los relatos del desamparo nos llenan de impotencia, muy bueno, Alicia.