martes, septiembre 25, 2007

UNA MUJER EN UN CAFÉ, Integrante: Carlos Merlino, Curso: Martes de 14.30 a 16.30 hs

Cuando entró parecía dudar. Después enfiló hacia una mesa de dos pegada a los vidrios y se sentó. Traía una pequeña cartera de la que sacó unos papeles.

Con aspecto de profesora, el impermeable puesto, su cabello corto con claritos correctamente peinado, un buen maquillaje, hacía un todo fino, atrayente.

Después que pidió un café comenzó a leer en un papel. Luego quedó con la mirada fija; no se podía saber si leía o pensaba, o quizás sufría. En tres o cuatro minutos dio cuenta de la lectura y luego guardó el papel en su cartera.

Quedó pensativa, con las manos y brazos apoyados en la mesa, dejando ver su perfil armonioso. Instantes después extrajo de algún bolsillo un teléfono. Marcó y escuchó atentamente mientras revolvía el café que le habían traído. Su cara no expresaba emociones aunque los dedos de la mano izquierda apretaron sus ojos cerrados dos, tres veces. En un momento movió la cabeza en una lenta negativa y luego su expresión se hizo dura, como quien conmina, quien da un ultimátum. Después en tono siempre bajo dio fin a la conversación.

Guardó el aparato y se quedó mirando la nada durante varios segundos. Volvió a la realidad, tomó su cartera y se levantó. Al dar dos o tres pasos pareció recordar que no había pagado el café. Llamó al mozo, y los minutos que esperó se mantuvo parada al lado de la mesa. Una vez que hubo terminado, miró hacia afuera y buscó la salida. Cuando enfiló hacia la puerta sus pasos eran firmes, resueltos.

Sin título. Integrante: Norma Starke, Curso: 14.30 a 16.30 hs



El plato blanco, vacío, sobre la mesa de paño verde oscuro. Sombra de sombras. Redondo sobre cuadrado. El paño rojo, rasgado. Un arlequín petrificado en el rincón más oscuro de la habitación. Payaso de cuello blanco y mirada oculta. Tras la máscara, sus ojos observan la escena con estupor. Entonces recuerda. Recuerda un sueño y se pregunta si está soñando o despierto. En el sueño un títere de piernas largas y brazos cortos le grita hasta que despierta temblando. El grito le dice una y otra vez: ¡asesino!
Recurrente aparece el otro sueño: sobre un blanco fondo una hoja muy grande. Hoja verde con forma de
corazón . Hoja quebrada como su corazón, muchos hilos, hilachas lo comienzan a cubrir. Se enroscan, se atan, se desatan.
Y se despierta con sensación de ahogo.Vuelve a fijar la mirada en la escena. La joven muñeca de trapo, tirada en el piso, el paño de gasa rasgado anuda su cuello, y un hilillo muy fino de su boca escapa.
El arlequín desde el rincón parece haber congelado su cuerpo. No puede moverse. ¿Está despierto al fin? Continúa el títere su grito ronco, seco. acusando.
Detrás del telón,
el público espera su risa.

JUEGOS, Integrante: Norma Starke, Curso: Martes de 14.30 a 16.30 hs



Rojo. Es rojo y pequeño el mazo de cartas que tengo en la mano. No sé qué hacer con él y sus pequeñas cartas. Lo dejo sobre la mesa amarilla. Tiesa, la reina no puede abrazar. El paje juega con su espada y el viento . El caballo de bastos se ha roto una pata. Un rey de copas muy serio decreta el sacrificio. Y un oro redondo, muy grande , ilumina y ordena: -“Todos al mazo!”. Las palabras se amontonan: Carta, encarta, recorta. Carta, corta, cartomancia. cartílago, cartapacio, cartonero. Como un ritmo, como una respiración. Cartas de amor. Carta documento. Telegramas. Y el mazo sigue allí, sobre la mesa. Amarilla. Pequeño. Muy pequeño. Rojo.

SATSUMA, Integrante: Norma Starke, Curso: Martes de 14.30 a 16.30 hs

Al comenzar la tarde, un hombre, con sus manos, hacía pan.
La puerta de madera se abrió. Abrasador, irrumpió el verano. Un canto inteligible lo distrajo.
por un instante ínfimo, levantó la vista. Bajó la cabeza y siguió amasando. Por la puerta ingresó el verano abrasador y un canto inteligible lo envolvió.
Voló
el polvo entre las flores del vestido. Cayó blanca, una flor, entre los dedos pequeños de los pies desnudos. Brillaba como un gritito. Como un gemido.
El olor de la fruta la precedía. Dulce, almibarado.
Arqueando
el cuerpo, como un junco, estiró los brazos con un dejo de entrega.
Se apoyó en el mostrador de vidrio,
y “con disimulo de niña que ha matado un cisne”(1), lo interrogó. El hombre negó tímidamente, moviendo apenas su cabeza. La masa del pan futuro era blanca, apenas. No blanco de cumbre de montaña nevada, un tinte amarillento la oscurecía. La masa, apenas blanca, necesitaba de más líquido. El hombre, iba agregando , poco a poco agua tibia a la masa.
Ella,
observaba. Miraba todos los movimientos del hombre que amasaba pan, con sus manos, en la tarde de verano.
El gajo despedía un perfume dulce,
penetrante. Pegajoso. Masticaba suave, lentamente , con la boca entreabierta.
En un acto irreverente, escupió
una semilla en sus manos una semilla, luego otra.Parecen piedritas del río.Sin respuesta, el diminuto dedo índice dibujó sobre la grasa del mostrador, primero una montaña, luego un árbol. Más tarde lo deslizó despacio sobre su piel.
Las cáscaras
desgajadas se balancearon. Baile sensual rojo de pulpa amarilla. Anaranjadas, se balanceaban provocativas.
El hombre que al comenzar la tarde , amasaba pan, agregó chispas salinas
a la tarea.
¿Un gajo mandarino?
Levantó desacompasadamente los hombros. Había,
hubo un intento de negación en ese movimiento.
Entreverada en la maraña del cabello, una abeja buscaba el origen de la fruta. Ante el
gesto leve , diminuto, la abeja continuó con el juego.
El acaso del quizás,
mordisquea las mejillas, acrecentando los fulgores.
Abruptas sobrevinieron todas las respuestas.
Todas juntas, sin palabras.
Pedacitos de masa salpicaron los cuerpos. Los cubrieron.
El junco, estremecido, se arqueó aún más.La levadura, ácida y dulce, deslizó lentamente su efecto.
La masa tiñó el espacio de salmón. La pulpa,
amarilla, más aún naranja, enrojeció. El salmón saltó y rozó las mejillas. Soles en las manos ardieron y quemaron los abrazos y caricias. La ternura.Enrojeció la pulpa. El almíbar escapó por los poros de la cáscara.
Cuando la fibra blanca de las hilachas se deshizo entre los dedos, los hilillos blancos se pegaron al sudor del
pecho. Robusto y velludo. Tembloroso.
Cayeron
uno a uno cayeron , pedazo a pedazo los hollejos. Minúsculas gotas cubrieron la mesa. Blanco sobre marrón. Sabores, olores en el aire. La región se estremeció. Algo nuevo viejo había transformado la tarde cálida. La levadura, ácida comenzó su trabajo.
El juego se prolongó hasta la sequedad. Extenuación.
Placidez rosada. Mandarinas en almíbar. Jalea agridulce. Caramelos asalmonados. Azúcar en el aire.
Al caer la tarde, la puerta volvió a abrirse. Una suave brisa dulzona calmó.
Pasos de niña que probó el dulce amargo, un nuevo sabor. Desvergüenza en las mejillas. Olor a
fruta agridulce. El olor la precede, la sigue. El aroma a deleite la envuelve.
Crujió milenaria. El ropaje verde del mandarino, crujió.
Pareció estallar l a tierra cuando las raíces intentaron despegarse. Quebró el viento interrogante, el árbol miró al cielo. Embraveció oscuro, verde el follaje. Las ramas, las manos,
se levantaron hacia el cielo, suplicantes. Los pájaros, aves pequeñas levantaron vuelo escapando de la ira. Enojo ancestral de mandarín.
Quebradas, las ramas cayeron al costado del tronco frágil. Las manos del mandarín se extendieron laxas, resignadas, a los lados del
cuerpo. Amargamente lloró el mandarino.
Y al caer la tarde, el
olor a pan cubrió la región. Pan de miel y frutas.

FLACA MARACA DE TACA TACA Integrante: María del Carmen Cerezal, Curso: Miércoles de 17.30 a 19.30 hs


Flaca Maraca

de

Taca Taca






Vamos, vamos, la maraca
Toma y daca,
Vamos, vamos, que llegamo
Temblequeando hasta la playa
Vamos negra
Vamos flaca
Con el ron y la maraca
Vamos, vamos
A la playa
A la hoguera
A la hoguera
Que ya estalla toda toda
Rumba rumba
En la maraca.
Taca, taca,
Suena, suena,
Tu cadera, flaca, flaca
Baila, bailan
Tu tamtam y mi maraca
La cumbiamba
Toda ron y toda playa
Toda tú
Toda maraca.

DEL MATE, DE LA LLUVIA, DEL TANGO, DE LA CASI FELICIDAD, Integrante: María del Carmen Cerezal, Curso: Miércoles de 17.30 a 19.30 hs










El abuelo encendió la pipa con la parsimonia acostumbrada. Era todo un rito. Cada movimiento le permitía enhebrar un pensamiento como una cuenta de collar.

Una vez cumplido esto, comenzaban las volutas de humo a tomar altura, como queriendo adherirse al cielorraso, dibujando incoherencias. Es fácil filosofar viendo flotar esos anillos, pensó.

Tomó la pava que ya estaba a punto de parir el agua para el mate y comenzó la segunda parte de su ritual: yerba, cascaritas de limón y termo. El mantelito pequeño, de rayitas, se adornó con una panera llena de crocantes tortas fritas

La radio bostezó un tango de Rivero y la lluvia continuó golpeteando suavemente en la ventana que daba al patio. El Murrungo se acomodó a sus pies como desde siempre y el viejo comenzó a cebarse: espumoso y amargo.Ese mate constituía una de sus últimos placeres, esos, de los que uno va despidiéndose de a poquito. La tibieza del brebaje lo invadió. Sintió ese calorcito penetrándolo como una caricia. Lo hizo sentir casi bien.

Era casi como en vida de la vieja, suspiró. Pero casi. Solamente casi.

jueves, septiembre 13, 2007

Sin palabras, Marta Viñas - Curso Miércoles 17.30 a 19.30 hs







El hombre estaba sentado en el banco de la estación de
trenes de Villa Linda, tenía una valija destartalada, atada
con un cinturón y una especie de bastón acomodado entre
las piernas. Parecía distraído cuando la mujer le pidió
permiso y se sentó a su lado. La miró y haciéndole una
media sonrisa, se corrió . Ella tendría unos setenta años,
cabellos entrecanos muy bien acomodados en un rodete y
una presencia contundente. Sacó el abanico y comentó
¡ Que calor! - ¿Hace mucho que espera ?, lo que pasa que
yo no soy de acá vió, por eso no se los horarios, porque si
algo tiene que saber una son los horarios de los trenes para
no esperar en las estaciones y morirse de calor o de frío. En
realidad mi finado esposo- Dios lo tenga en la gloria- era
muy ordenado y fue el quién me acostumbró a esto de los
horarios; lo que pasa es que vine a visitar a mi cuñadita ,la
Elvira, la que vive pasando el corralón de Don Vicente,
¿ no la conoce? ... bueno no importa. Está muy enferma,
la verdad yo creo que de este mes no pasa, pero no me
puedo quedar, también una tiene lo suyo, además ¡Ojo!
no se me olvida que cuando andaba bien ni la hora me
daba, una vez le pedimos dos mil pesos, un dinerillo
insignificante y puso mil excusas con tal de no prestarlo
en fin ...diga que una es buena, haz el bien ,sin mirar a
quién. ¡ Huy mire ya viene el tren! ¡ Señor... señor! Gritaba
tirándole de la manga, él la miró y le volvió a entregar
otra media sonrisa, pero no se movió - ¿Oiga, se va a quedar
ahí sentado?. ¡ Vamos hombre a ver si después de tanto
esperar , lo pierde! - Estos pueblerinos , pensó, ni hablar
saben ,menos mal que una no es de andar criticando.
El sordomudo se levantó cansinamente y esta vez, sí al ver
el tren le regalo una sonrisa entera.-

Dinámica del taller 2007

Este año, luego de tres temporadas juntos, nuestra dinámica de trabajo se ha ido profesionalizando, decidimos escribir sin red, rehuir el juego de la consigna y dedicarnos a nuestra propia producción, en profundizar estilos y aplicar recursos. Trabajamos de acuerdo a un plan propuesto por cada tallerista, su proyecto de escritura, variado, heterogéneo y que va transitando por distintas etapas: la enunciación del proyecto, su desarrollo, lectura y opiniones, reescritura, producto final. Y es gozoso el aprendizaje de la autocorrección y la mirada crítica de los otros para el crecimiento del propio decir. Y nos llenamos de textos, poemas o relatos que vamos a ir volcando en este blog en busca de lectores. De vez en cuando volvemos al viejo sistema de la consigna para lograr un momento de relax y cargar nuestro imaginario. Porque es cierto que escribir sin red puede ser una tarea agotadora, por lo que exige de nosotros, empezar a sentir el oficio de escritor y empezar a abrirnos a la crítica de los otros y a profundizar en los textos ajenos. Es una etapa importante para la formación y la producción aunque a veces sintamos que las musas nos abandonan y la hoja nos amenace con su vacio o la pantalla, ya que a partir de la creación de este blog hemos avanzado también en la digitalización de nuestros textos y en la creación de nuestros propios blogs. Asi que a partir de ahora iremos mostrando los resultados de este año de trabajo en el taller.